lunes, 29 de diciembre de 2008

El Hombre que está solo y espera

Mi amiga Desganada me invita a pasar “cuando vos quieras” unos días en una casa con pileta en las Sierras, recién inaugurada por su padre –y antiguo suegro de un servidor-. Ni lerdo ni perezoso, al otro día a las 14:30 hs. ya estaba bien pertrechado y predispuesto en la parada de nuestro nunca bien ponderado transporte público, en este caso particular el colectivo número 717, que pasa una vez por hora, en punto, y se demora una hora más en llegar a destino-“¿Qué me importa? Llevo Mujeres que corren con los lobos en la mochila para amenizar el viaje con una linda lectura”-. El pasaje que nos habilita a disfrutar de tan exclusivo servicio cuesta apenas $2,45.


Estando en la reflexiva tarea de aguardar el transporte, una voz femenina me despabila del calor soporífero de la hora de la siesta.

Ella

(Sentada en el banco de la parada. Algo tímida)

“Disculpá, ¿estás esperando el colectivo que va a Colinas Verdes?”.


M. M. (ese vendría a ser yo, escondido tras una inicial doble)

(Simpático. Parado en el borde de la vereda.)

“No, estoy esperando el que va a Sierras de los Padres, ¿por, qué querías saber?”


Lo más disimuladamente posible trato de aprender algo de ella. Es alta y delgada, usa una remera negra lisa y un short diminuto que deja ver sus muy bonitas piernas que, sin embargo, no están nada bronceadas –“¿Está iniciando sus vacaciones?”-.Usa también zapatillas de correr al mejor estilo Nike: no son las ya clásicas y estandarizadas Converse, buena señal. Es muy expresiva, aunque sus facciones no me atraen especialmente. Sin embargo, con ese cuerpito no pasa desapercibida, eso sin duda.¿Que habrá pensado ella de mi atuendo, si es que se fijó?: remera blanca de dryfit y pantalón azul de tela sintética con muchos bolsillos. Botas de trekking urbano (si, ya se que eso no existe, pero eran mas baratas que las de media montaña che...)

Ella

(Cambiando el tono, casi divertida)

“¿Sabés cómo llegar a Colinas Verdes?, porque mi hermano salió para allá en la moto, pero me parece que se perdió.”


Su celular recibe el segundo mensaje desde que iniciamos la charla, corroborando la desesperación del hermano-“¿Se va de camping con el hermano? Presumiblemente sin novio.”-


M. M.

(Adoptando un tono informativo, casi profesional)

“Es en la ruta 226, km. 24 y medio”.-En un tono más cómplice y solícito- Vas a ver un cartel sobre la ruta que dice La Serranita, ahí termina el recorrido. Cuando te bajes vas a ver otro cartel grande que dice Colinas Verdes. Ahí tenés que caminar por la calle lateral de tierra que está bajo el cartel hasta la entrada del camping. La entrada de Colinas no está sobre la ruta.”


Sin decir nada Ella abre su celular con tapita, llama al hermano y repite textualmente mis palabras. –“El colectivo a Colinas sale de la Terminal las horas pares y cuarenta minutos, tengo hasta las 15: 40 para charlar, el mío va a pasar antes.”-. Ella cierra el celular. Pequeño silencio que no llega a ser incómodo.

M. M.

(Con una curiosidad que pretende ser espontánea y no lo logra)

“¿Tus amigos te esperan allá?-Miro su equipaje: mochila estándar, termo en una funda de cuero y una bolsa de supermercado con una vianda-“Te salvaste de llevar la carpa…”

Ella

(Muy simpática)

No, allá están mi hermano y la novia nada más. Vamos a pasar el día. Pasa que estoy de vacaciones…Bah, algo así, porque renuncié a un trabajo y en unos días empiezo con otro, así que son como vacaciones…


Me gusta como habla. “¿Tu hermano y la novia?¿Campamento de tres? Vos estas soltera como yo…”

M. M.

(Sonriendo)

“Ah, o sea que te las gestionaste vos las vacaciones…” (Keyboard: Gestionaste)

Ella

(Sonriendo también)

“Si si… ¿Y vos vas seguido a Sierra de los Padres? Yo antes trabajaba allá…”

¡Por fin me tirás un salvavidas, ya no sabía de qué hablarte!


Pero mientras nos explayamos afablemente en asuntos laborales y demás cuestiones llega un colectivo, el suyo. –“¡Claro ganso, si el colectivo sale de la Terminal a las horas pares y cuarenta minutos, el último salió a las 14: 40 y no a las 15:40, imbécil! Es lógico que a las 14:50 llegue a la Av. Luro...”-Paro el colectivo con el gesto típico de la mano-“¡No puedo dejar que se vaya así!¿¿Cómo hago ahora para dejarle mi número de celular??”-Dudo superlativamente..

Ella

(Sorprendida)

“Uy, es el mío…Bueno, ¡Nos vemos!”

Ya se está subiendo…

M. M.

(Un poco aturdido)

“Bueno, ¡Que la pases muy bien! ¡Nos vemos!”

Ella

(Deshaciéndose en una sonrisa amable y dulce)

“¡Muchas Gracias!¡Hasta Luego!”


La historia de mi vida: dejar pasar las posibles oportunidades que la vida me regala. Es inútil, las mejores respuestas se me ocurren cuando ya me cerraron la puerta en la nariz. ¡Que ineptitud! En fin, hay que aprender de los errores, por eso aprovecho para preguntarle a la platea femenina: ¿Ustedes creen que Ella estaba coqueteando conmigo o simplemente yo me estoy convirtiendo en un erotómano? Otra pregunta: ¿Cuál hubiera sido una buena forma de obtener algún dato para seguir en contacto?


Desde ya, Muchas Gracias. La Administración

No hay comentarios:

Publicar un comentario